Prologo
miércoles, 6 de julio de 2011 ? 5 Opiniones ?
El camino era largo y aun las náuseas continuaban presentes y aunque mi rostro estuviese pálido y con rastros de enfermedad mamá aun no me dirigía la palabra, pensé que al verme mal a causa del viaje iba a ceder pero ella siempre había sido orgullosa y por mi parte no esperaba ninguna disculpa, juguetee unos cuantos segundos con mi celular antes de que la azafata me obligara a guardarlo.
―creo que iré al baño no me siento muy bien―informe a mamá que se hallaba mirando una revista, esta al escucharme no hizo ningún movimiento. Camine lentamente hasta el baño sosteniéndome de los asientos, eso de viajar en avión no se me daba muy bien. Papá me había acostumbrado a viajar junto a él en el asiento delantero del auto y se detenía cada vez que notaba que mi piel tomaba un color blanco a causa de las nauseas
―siempre te mareas―me dijo un día cuando nos dirigíamos a la casa de la abuela que estaba ubicada a varios kilómetros de Oxford
―lamento no poder controlar mi estomago―conteste a la defensiva
―no te preocupes mi abuela era igual a ti, no le gustaba viajar con nosotros en los paseos familiares así que siempre tu tía Hannah se quedaba con ella―sonríe
Los recuerdos llegaban a mi mente en pequeñas burbujas, habían pasado seis años desde que papá nos había abandonado en este mundo el cual nunca había llegado a conocer por completo, respire hondo tomándome del lavamanos, ya había recogido mi cabello en una cola que me llegaba hasta la mitad de la cabeza.
―ojala papá estuviera aquí―dije con lagrimas en mis ojos, él hacía que mi vida fuese más fácil, él nunca permitiría que mamá me montara en un avión, ni dejaría que pasara un mal momento por causa de mis mareos.
Entendía que mamá se había enamorado después de largos años guardando luto y aunque no me oponía a eso no quería dejar mi casa, ni el instituto, ni a mis amigos pero ella había dejado muchas cosas para poder cuidar de mi después de la muerte de papá así que se lo debía.
El viaje termino cuando aterrizamos en el aeropuerto y casi bese el suelo de Londres, no aguantaba más estar atrapada en el baño por horas
―quiero que te comportes con Arthur y con su hijo, trata de hacer amigos y no me des problemas...
No conteste solo continúe caminando hacia el taxi que nos espera ya con nuestras maletas, cerré mis ojos e imagine que estaba en algún lugar en Oxford mientras mamá continuaba parloteando sobre no se qué cosas de la vida, de la nueva casa, de Ethan (a quien aun no conocía), de la hermosura de Londres. Tome mis audífonos y los uní a mis oídos en un baile glorioso, la molesta voz de mi madre se dejo de escuchar y Lifehouse adorno con sus melodías mis oídos. Al parecer incumplió su promesa de no volverme hablar al traspasar la frontera si así se le puede llamar pero ahora era yo la que no quería hablar
― ¿Evelyn? ― Abrí mis ojos lentamente con miedo de encontrar algo que no me gustase, el taxi ya se había detenido y mamá me había despertado de mi ensueño con un fuerte golpe en el hombro. Arthur se hallaba en la puerta con un Jersey rojo y un jean un poco ajustado, su cabello tenía un corte elegante y sus ojos brillaban de la emoción
― ¡Arthur! ―mamá corrió hacia él y lo abrazo con fuerza. Habían pasado varios años desde que mamá no sonreía de esa manera, un sentimiento extraño recorrió todo mi interior ocasionando que me estremeciera.
― ¿Por qué te demoraste tanto en llegar?
―lo siento Arthur el vuelo se retraso y Haley se tomo un buen tiempo despidiéndose de sus amigos―me dirigió una mirada fugaz antes de tomar el rostro de Arthur en sus manos besándolo apasionadamente. Quise decir que en realidad no me había despedido de ellos y solo me había retrasado porque no encontraba una manera de parar de llorar pero entendía que no era mi momento de hablar
―iiuu―gire mis ojos con asco cuando note que el beso entre ellos contenía algo mas, no estaba para esa clase de shows
―da asco ¿verdad? ―un chico un poco más alto que yo se encontraba a mi lado, su cabello estaba un poco desordenado y el sol ocasionaba que resplandeciera su imponente negro azabache. Le vi por un segundo antes de retirar mi mirada, no me interesaba nada, ni su aspecto, ni su nombre, solo necesitaba dormir un poco, el viaje había sido una mierda
―si pero creo que tendré que acostumbrarme―respondí con desgana
―igual yo―sonrió y me ofreció su mano con amabilidad―soy Ethan, tu hermanastro
―Haley―tome su mano con la misma amabilidad que él me la ofreció aunque no me interesaba en lo absoluto
― ¿quieres que te ayude con tus maletas?
―sí, claro
Descargamos todas nuestras posesiones, la mayor parte eran nuestras prendas de vestir ya que mamá había decidido dejar todas nuestras cosas en Oxford junto con todos los recuerdos de Papá y comenzar una nueva vida junto a Arthur. La casa era mucho más grande de lo que pensaba, no podía creer que Arthur y Ethan hubiesen vivido todo ese tiempo ellos dos solos en esa gigantesca casa. Ethan llevo todas mis cosas a mi cuarto al tiempo que me señalaba cada parte de la casa
― ¿Cómo haces para no perderte en este lugar?
―solo necesito saber dónde queda mi cuarto y la salida de este castillo
―una respuesta muy sabia―dije al tiempo en que el abría la puerta de mi cuarto.
La cama era de un color rosa claro con pequeños círculos lilas que le daban un toque muy femenino, las paredes estaba pintadas de algunos colores pasteles que me dio miedo de mirar por no quedarme ciega, a la izquierda en una mesa con retoques rosa estaba ubicado un ordenador y a su lado colgando se encontraba una pequeña biblioteca con algunos libros. La cama tenía algunos peluches donde se distinguían una vaca y un tierno león
―papá contrato a una decoradora―dijo Ethan al notar mi sorpresa
―disculpa pero yo tengo 17, no 9 años―bufe rodando mis ojos
―le dije que no necesitabas eso pero el insistió―sonrió y dejo caer las maletas con brusquedad, me sorprendí al notar la seriedad que fluía de su mirada , se dirigió a la puerta y la cerro sin ocasionar ningún ruido―mira niñita te voy a decir las reglas básicas de esta casa, primero, no quiero que te acerque a mi cuarto, segundo, trata en lo más posible de no molestarme ,tercero, se amable con la feliz pareja y por último, cuando estemos en el instituto no quiero que hables de mi ni te acerques a mi ¿entendido?
―si―solo pude decir esa pequeña palabra antes de que el saliera de mi cuarto con una sonrisa de satisfacción, el cambio repentino de Ethan me había dejado taciturna y solo podía pensar que aquel niñato me iba a dar problemas
―si―solo pude decir esa pequeña palabra antes de que el saliera de mi cuarto con una sonrisa de satisfacción, el cambio repentino de Ethan me había dejado taciturna y solo podía pensar que aquel niñato me iba a dar problemas
Annie-London
Etiquetas: Stupid Feelings
